viernes, 29 de mayo de 2015

LOS 10 ENEMIGOS DE LA LACTANCIA MATERNA

Dar el pecho es algo natural pero no siempre es como coser y cantar. Hay muchos factores que influyen en que una mujer que quiere amamantar consiga hacerlo. Conocer estos factores es muy importante para lograrlo.

La manipulación del parto. Cuanto menos intervenido y más satisfactorio haya sido el parto mayores son las probabilidades de conseguir un buen establecimiento de la lactancia. La utilización de oxitocina sintética o epidural pueden influir negativamente en este proceso por lo que si se puede es mejor evitarlos. Cuando el parto ha fluido sin complicaciones y la mujer se siente bien tras el mismo tendrá más fuerzas para afrontar los retos que le pueda presentar la lactancia.

Las malas políticas del servicio de neonatología y pediatría del hospital. Es fundamental el apoyo o por lo menos la no interferencia negativa de los profesionales en los primeros momentos tras el parto. Cuanto ántes se ponga el niño al pecho mejor. No hay que darle en principio ningún suplemento y hay que evitar el uso de chupetes que puedan confundir al bebé. Si damos a luz en un Hospital Amigo de los Niños que fomenta la lactancia materna y cuyo personal está formado para ayudarte en tus dudas las probabilidades de éxito aumentan.

La separación del bebé. El contacto piel con piel continuado es fundamental para la producción de leche. El bebé debe poder estar con su madre en todo momento sea cual sean las circunstancias, aunque esté ingresado o le vayan a hacer cualquier prueba. No es recomendable usar el servicio de nido por la noche y si se duerme junto al bebé en la misma cama las tomas nocturnas resultarán menos pesadas, pues no tendrás que levantarte para atenderle y descansarás mejor.

Los horarios. La lactancia debe ser a demanda, siempre que el niño lo pida y durante el tiempo que lo pida. El acceso al pecho debe ser total tanto de día como de noche. Al principio mamará muy a menudo pero con el tiempo las tomas se irán espaciando.

La báscula. El bebé tiene que coger peso según la tabla correspondiente a los niños que toman leche materna (que es diferente de la de los niños que toman biberón). El aumento de peso no será siempre el mismo y para que sea adecuado tiene que estar dentro de unos límites. No hay que obsesionarse con el peso y no hace falta pesarle todas las semanas salvo que observemos algo extraño como que no pida comer, no haga pis o esté aletargado y duerma demasiado.

La falta de formación. Es bueno leer algún libro sobre lactancia y acudir a reuniones de grupos de apoyo durante el embarazo. Tener unas nociones básicas sobre lactancia es fundamental para tener seguridad sobre lo que se está haciendo y la normalidad de lo que ocurra. Conocer por ejemplo la existencia de las crisis de crecimiento es importante para no dudar sobre nuestra capacidad nutritiva en esos momentos.

La falta de apoyo familiar. La madre que amamanta necesita ser cuidada para poder a su vez cuidar ella a su bebé. La pareja debe saber esto e implicarse en el proceso para que funcione. En caso de dificultades la mujer necesita que quienes estén a su lado comprendan la importancia de la lactancia para ella y su bebé y la apoyen en su deseo de amamantar y en la búsqueda de soluciones.

La inseguridad personal. Confiar en una misma y en nuestra capacidad amamantadora es primordial, si no cada bache que encontremos lo atribuiremos a la lactancia y sentiremos deseos de abandonarla buscando la tranquilidad en la leche artificial. Como reza el eslogan, tienes que estar convencida de que: TU PUEDES.

El cansancio. Los primeros meses pueden ser agotadores, no sólo por la lactancia en si, si no sobre todo por los ritmos irregulares de sueño del bebé. El agotamiento puede llevar a que te plantees la posibilidad de abandonar la lactancia. Ten paciencia, pues en breve notarás una gran mejoría. Mientras tanto reclama ayuda si la necesitas, trata de descansar todo lo posible cuando tu bebé duerma, desentiéndete de las labores domésticas, hidrátate y come bien, pues necesitas mucha energía.

La soledad y el aislamiento. Podemos sentirnos muy agobiadas si nos quedamos solas todo el día con nuestro bebé al pecho. Quedar con amigos y familiares, ir a dar un paseo con el bebé o acudir a una reunión de madres nos distraerá y conseguirá que el día no se nos haga tan largo.

Si nos fallan, nos sobran o nos faltan algunos de estos factores la lactancia puede volverse árida e insatisfactoria, pero el problema no está en la lactancia en si, si no en las circunstancias que nos rodean y que no acompañan al hecho de amamantar. Está en nuestra mano intentar al menos moldear esas circunstancias en la medida de lo posible para facilitarnos la vida durante el tiempo que amamantemos. Como dije en otra entrada, la solución no está en el biberón, está en comprender como funciona la lactancia y tratar, si de verdad nos interesa amamantar, de amoldar temporalmente nuestra vida a ella.

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